Reacciones de los dirigentes del FMLN ante la derrota del 4 de marzo

Los resultados electorales de las pasadas elecciones produjeron diferentes reacciones y pronunciamientos tanto de la dirección como de los militantes, los dirigentes del FMLN por su parte dijeron aceptar los resultados por adversos que fueran, y que se daría paso a un debate profundo y responsable para corregir lo que fuese necesario, sin embargo son muy pocas las cosas que a juicio de ellos como dirigentes deben ser cambiadas al interior del partido, están planteando hacer lo que tanto les advirtió Schafik que no hicieran: “cambiar las cosas superficialmente, para que en realidad no cambie nada”.

Entre la militancia del FMLN se expresa una insatisfacción para con su dirigencia y muchos lo han manifestado de diversas formas, en redes sociales, en las asambleas partidarias y muchos otros militantes han enviado sus cartas a la dirigencia exigiendo verdaderos cambios en la estructura que dirige al partido. Incluso ministros, alcaldes electos y directivos de diferentes niveles del partido se han pronunciado por una verdadera renovación de la cúpula partidista, pidiendo hacer valer la democracia interna para la toma de decisiones, escuchar a las bases del partido y dejar el verticalismo que ha caracterizado el accionar de la Comisión Política hasta ahora.

Ante esta ola de exigencias, reclamos y peticiones, los dirigentes se hacen de oídos sordos alegando que no tienen tiempo para sentarse a evaluar y prefieren dirigir la atención hacia la próxima elección presidencial, ¿pero será esta la actitud adecuada para sobrellevar una crisis política de tal magnitud?, nosotros como marxistas creemos que no, y hemos defendido celosamente la consigna de implementar una verdadera democracia obrera, donde las decisiones sean tomadas por la participación de los militantes en las instancias correspondientes y no por una casta burocrática que secuestró al partido y habla en nombre de todos sin consultar a nadie.

La actitud de la Comisión Política deja mucho que desear, se han dedicado a buscar culpables fuera del partido y no han tenido la valentía y la humildad necesarias para reconocer los errores que ellos han cometido en calidad de dirigentes del partido tradicional de los trabajadores, y se han dado la tarea de relegar, desplazar y de invisibilizar a todo militante consecuente que se ha atrevido a criticar de manera seria las decisiones que han tomado y por las cuales el partido ha llegado a su actual decadencia. Solo han considerado las opiniones de los seguidores lisonjeros y aduladores con los que se sienten más cómodos y los cuales les dan la razón y les aplauden sus decisiones.

En los últimos días hemos sido testigos de la destitución de su cargo del Director General de Migración y Extranjería, Héctor Rodríguez, quien envió una carta al secretario general del FMLN pidiendo cambios urgentes en la cúpula del partido, y al mismo tiempo se hizo una rotación de cargos entre otros funcionarios de Estado para que no se viera como una cuestión personal. Esto demuestra que la cúpula no tolera críticas y seguirá haciendo lo mismos esperando resultados diferentes muy a pesar que las masas de trabajadores se los dijera en las urnas y lo confirmarán a viva voz en las asambleas partidarias los militantes más activos.

El actual panorama político nos plantea una interrogante concreta, ¿Qué debemos hacer los militantes de izquierda ante la degeneración y pérdida de credibilidad del partido tradicional de la clase obrera? Primero hay que aclarar que como marxistas no luchamos solamente por posicionar a un partido o un personaje en el aparato del Estado, sino por la transformación radical de la sociedad, por un cambio que trastoque las relaciones estructurales que producen la desigualdad económica, y en este sentido nuestra lucha va enfocada a construir poder popular, hacer partícipes a los trabajadores en la toma de decisiones políticas, eso nos obliga a involucrarnos con los movimientos sociales, sindicatos, gremios de trabajadores, estudiantes, la juventud, y todos los sectores que sacamos adelante el país. Es momento de la unidad de la clase trabajadora, y no limitarnos a la lucha político-electoral, más bien es hora de volver a los métodos de la lucha social organizada, basta de parlamentarismo vulgar, la correlación debe hacerse con el pueblo, quien es el verdadero actor de las transformaciones sociales.

¡Organízate con el BPJ y luchemos juntos por transformar la realidad social!

 

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