La labor de los docentes en el país no puede ni debe pasar desapercibida para nadie, dada la relevancia importantísima que tiene el gremio en la sociedad, sería impensable que ésta lograse avanzar sin el aporte que generan, muy a pesar de las adversidades a las que se enfrenta actualmente. Ya ha pasado más de medio siglo desde que el sector docente inició su camino para superar los retos que se le presentaban en ese entonces a través de la organización y la conformación del sindicato más combativo que la historia del país haya presenciado.
La labor de los docentes en el país no puede ni debe pasar desapercibida para nadie, dada la relevancia importantísima que tiene el gremio en la sociedad, sería impensable que ésta lograse avanzar sin el aporte que generan, muy a pesar de las adversidades a las que se enfrenta actualmente. Ya ha pasado más de medio siglo desde que el sector docente inició su camino para superar los retos que se le presentaban en ese entonces a través de la organización y la conformación del sindicato más combativo que la historia del país haya presenciado.
Las grandes batallas gremiales contra la nefasta dictadura militar parieron líderes de la talla de Mélida Anaya Montes, José Mario López y muchísimos otros cuya labor no deja de ser destacada y sería una injusticia histórica no reconocer su aporte al desarrollo educativo y de mejoras en las condiciones laborales de los docentes en todos los niveles. El contexto actual ofrece nuevos retos y desafíos, pero al mismo tiempo arrastra problemas que parecen ser insuperables en el tiempo como el paro crónico y masivo de buena parte de docentes, la falta de recursos en los centros educativos, la violencia contra el gremio de parte de grupos criminales y delincuentes, la ausencia de garantías que permitan a compañeros jubilarse a su debido tiempo y permitir el relevo generacional, bajos ingresos, y un largo etc.
En una sociedad capitalista atrasada como la nuestra, la apuesta por la educación no es una opción para los empresarios, a no ser que sea para obtener un lucro de ello o capacitar mano de obra para ser explotada posteriormente. A pesar de los muchos programas y planes que se implementan con intervención directa del MINED u otras instituciones, la inversión sigue siendo un talón de Aquiles en nuestro país, con apenas un 3.4 % del PIB comparado con el promedio del 5.2 % del resto de América Latina. Los gobiernos del FMLN han invertido una buena cantidad de recursos al sistema educativo; sin embargo, siguen siendo insuficientes, y aunque la idea del avance progresivo hacia el socialismo parezca estar funcionando, cada año es más difícil la obtención de recursos, e incluso ya se ha comenzado a hablar de reorientación de fondos o “recortes”, y es que no podría ser de otra forma en un contexto de la mayor crisis del capitalismo, donde los propios analistas burgueses prevén un estancamiento de la economía mundial de al menos 50 años.
Los problemas financieros del Estado no pueden seguir siendo cubiertos por medio de la deuda externa o la pública, alguien debe pagar las facturas, la clase capitalista le apuesta a sacrificar al pueblo por medio de los recortes en el gasto estatal en salud y educación, según recomendación de sus congéneres del FMI-BM, y la mayoría de la clase trabajadora no está dispuesta a que la burguesía se sigan sirviendo con la cuchara grande, lo que planteará más temprano que tarde una lucha encarnizada por la defensa de las conquistas obtenidas y evitar un retroceso de los planes sociales que sería catastrófico para las masas. Quien no esté dispuesto a defender los avances logrados a la fecha, no será capaz de avanzar un centímetro por la obtención de nuevos logros.
El magisterio tiene ante sí un escenario que dibuja nuevos enfrentamientos con el gran capital por la consecución de mejoras aún pendientes a nivel general. La educación sigue siendo una herramienta de dominación de las masas por parte de la burguesía, y si esto quiere ser cambiado, debe pasar por nuevas batallas que impliquen una reforma curricular acorde a los intereses de la mayoría trabajadora; los docentes que conocen la realidad educativa son los que menos implicación tienen a la hora de definir los famosos planes educativos.
Andes 21 se mantiene en la primera línea de fuego por que las condiciones del gremio mejoren, prueba de ello son los acuerdos obtenidos en materia de retiro voluntario, por enfermedades crónicas terminales y cancelación de deudas por medio de la Caja Mutual. Pero aún hay mucho que recorrer, alrededor 22,000 docentes no tienen empleo, no hay una inversión fuerte en nueva infraestructura por lo que no se crean nuevas plazas, y en lugares donde sí existe, hacen falta docentes. La dictadura militar dejó su huella de sangre sobre el sindicato, alrededor de 850 docentes entregaron sus vidas por ver liberada a la mayoría pobre de la bota asesina, pero la dictadura del capital aún prevalece y no va a ser derrotada si no es a través del movimiento consciente del proletariado. La educación para que comience a tener incidencia y genere algún cambio debe estar al servicio de las clases explotadas y plantear la verdadera liberación a través de la toma del poder.
¡No venderse, ni rendirse jamás!
¡Adelante fiel maestro, con la Andes a luchar!