Proteger la vida desde el momento de la concepción» reza la constitución de El Salvador en el Art 1 inciso 2. Creer en la consecuencia de un libro al que se le toma en serio cuando conviene ejercer control y poder sobre la gran mayoría y se apacha el ojo cuando de dar derechos se trata es como apuntar con el dedo y pincharse el ojo uno mismo.
Proteger la vida desde el momento de la concepción» reza la constitución de El Salvador en el Art 1 inciso 2. Creer en la consecuencia de un libro al que se le toma en serio cuando conviene ejercer control y poder sobre la gran mayoría y se apacha el ojo cuando de dar derechos se trata es como apuntar con el dedo y pincharse el ojo uno mismo.
“El pasado 11 de agosto salió a la luz pública el lamentable hecho en el cual la joven estudiante Sandra Isabeth Alfaro Peñate, de 19 años, dio a luz en los baños del instituto José Damián Villacorta de Santa Tecla y escondió el cadáver de la bebé en el tanque de uno de los baños. La fiscalía la acusa de homicidio agravado, delito que es castigado con hasta 30 años de prisión”. (El Salvador Times)
Como una horda de víboras las críticas y el hostigamiento hacia la joven, en todos los niveles no se ha hecho esperar. Desde los curules de la asamblea legislativa diputados misóginos y retrogradas como el diputado Ricardo Velázquez Parker, de ARENA, proponen el endurecimiento de las penas de hasta 50 años de cárcel para quienes cometan o colaboren en un aborto.
Una sociedad que se cree con el derecho de juzgar y de decidir sobre la vida y el cuerpo de una mujer. Un estado incapaz de garantizar la calidad de vida de las mujeres que no atiende la demanda de mejores servicios de salud, las necesidades laborales, de educación y vivienda, no promueven un contexto de justicia social, no mejoran la distribución y conocimiento de métodos anticonceptivos, no disminuyen las causas de la violencia sexual, no garantiza los embarazos saludables ni los partos humanizados. Y mucho menos mejora la calidad de vida de niñas, niños y jóvenes, y deja sin opciones a niñas y adolescentes que enfrentan embarazos no planeados. Que solo ofrece persecución, criminalización y hostigamiento a las mujeres que deciden o tienen que interrumpir sus embarazos, las que tienen abortos espontáneos y las que han sido víctimas de violencia sexual. Todos estos que con sus acciones fomentan estos ataques hacia la mujer no se pueden llamar protectores de la vida, sino hipócritas.
Esa “protección” de la que tanto alardean los que “defienden” lo que dice la Constitución tiene que ser compatible con la garantía de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, incluidos el derecho a decidir si quieren ser madres. Los derechos, la seguridad y la libertad de las mujeres tienen que ser una prioridad para el gobierno. El FMLN debería tomar una postura progresista ante esta situación, no quedarse al margen, el que calla otorga y el que calla es cómplice.
Criminalizar el aborto no hará que deje de hacerse, sólo nos priva de nuestros derechos, atenta contra la vida de las mujeres, genera miedo, ignorancia y muerte. Generalmente las mujeres que terminan en la cárcel son la más pobre y con menos recursos educativos, humanos y de todo tipo.
Por el derecho al aborto libre y seguro, sin estigmas, sin discriminación y en la plena libertad de ejercer nuestros derechos, sin la intervención de la iglesia, el Estado o la sociedad decidiendo sobre un útero ajeno.
Porque ya no se puede callar la rabia.
¡Despenalización del aborto ya!