Antecedentes:
La Asamblea General de Estudiantes nace ante la necesidad de organizarse y buscar soluciones a las problemáticas que afectan tanto a estudiantes universitarios y población en general debido a la falta de liderazgo o desinterés de figuras políticas, funcionarios, autoridades, etc. En un primer momento se organizaron para manifestar su total rechazo a la Ley Integral de Agua propuesta por la derecha política del país y su innegable carácter privatizador, en segunda instancia ante la propuesta capitalista de Las Zonas Económicas Especiales, cuestiones que aún son de gran preocupación para la población estudiantil; pero contiguo a ello se volvió necesidad poner como prioridad las condiciones indignas en las que miles de universitarios se forman académicamente día a día en la única universidad pública del país.
Día de la concentración:
«Un pueblo sin educación es un pueblo sometido y manipulado», con estas palabras empieza el comunicado elaborado por la Asamblea General Estudiantil de la Universidad de El Salvador y que hizo circular en un volante el pasado viernes siete de septiembre, frente al edificio de la Administración Académica en Humanidades. El grupo de estudiantes inició reuniéndose antes de las 10:00AM en las cercanías del edificio hasta llegar a formar un grupo de cuarenta individuos procedentes de diversas carreras, en su mayoría de la facultad de Ciencias y Humanidades. El motivo de la concentración fue la lucha por condiciones dignas de estudio, que históricamente les ha sido negada progresiva y sistemáticamente a la población estudiantil, en especial a las carreras humanísticas, a pesar de ser la facultad más grande de la UES.
Pasadas las 10:00AM el grupo se movilizó gritando consignas para manifestarse con la intención de ser escuchados por la Junta Directiva de la facultad. Algunos estudiantes se ubicaron frente al edificio sosteniendo una manta con la consigna «Más educación. Menos corrupción”, sintetizando buena parte de sus denuncias. A las puertas de las instalaciones se mantuvo extendida otra manta con la frase «La UES no se vende», mientras uno de los estudiantes organizados dio inicio al mitin, leyendo el comunicado ayudándose de un megáfono, mientras se iban integrando más personas a la concentración, hasta llegar a ser poco más de cincuenta. El ambiente se mantuvo animado con participaciones artísticas tales como malabares y declamación de poemas escritos por los mismos estudiantes. Hubo apoyo con la instalación de bocinas y micrófono, hecho que fue aprovechado para volver a leer el comunicado con la esperanza de ser escuchados, otros estudiantes tomaron el micrófono para hacer sus denuncias de forma pública, agitar e invitar a la Junta Directiva a que enviaran delegados para iniciar un diálogo público frente a todos los universitarios inconformes con sus precarias condiciones de estudio, sin embargo, pareció importarles poco o nada, por lo que el grupo decidió tomarse en serio el cierre del edificio, impidiendo la entrada y salida de cualquiera hasta que se les permitiera entrar a la reunión de Junta o que ellos salieran de su salón con aire acondicionado y cómodos asientos a una audiencia pública.
El acto se extendió hasta alrededor de las 11:30AM cuando una representante estudiantil salió a informar del proceso burocrático para una audiencia con Junta, por lo que los universitarios prefirieron no esperar y se dirigieron al interior del edificio gritando la consigna de la Asamblea General Estudiantil y a pesar de la sugerencia de la representante estudiantil miembro de Junta, no entraron un par de delegados a la reunión, sino alrededor de quince estudiantes que permitieron mantener la puerta abierta y así quienes quedaron en el pasillo pudieran escuchar. Estando dentro dio inicio la audiencia conseguida inmediatamente por los estudiantes organizados. Si bien los miembros de Junta parecían disgustados, escucharon pacientemente las diversas intervenciones de estudiantes que han vivido en carne propia los problemas que afronta la comunidad universitaria, tales como la falta de aulas o aulas inadecuadas (ya sea por su espacio o infraestructura); docentes incompetentes a cargo de asignaturas que no les corresponden y no están capacitados para impartir, otros que brillan por su ausencia en los salones de clases; horarios inflexibles que ponen en riesgo la integridad de los estudiantes, al tener estos que verse obligados a viajar de madrugada y/o regresar durante la noche, movilizándose por zonas conflictivas e inseguras (ejemplo de ello es una estudiante que comentaba tener que hacer viajes de hasta dos horas y atravesar un cañal para llegar a su casa); se hizo un recordatorio de los casos de acoso dentro de la universidad, que ya se han vuelto conocidos por todos y tienen hartas a las compañeras universitarias, así como un llamado a mejorar el ineficiente cuerpo de seguridad que permite el ingreso de cualquier tipo de personas que luego nos encontramos en estado de ebriedad o bajo efectos de sustancias narcóticas dentro del campus, sin que se haga algo al respecto; de igual manera se exigió una verdadera rendición de cuentas de la Facultad y CENIUES, así mismo, una pronta solución a los problemas derivados de la priorización de dicho programa, aclarando que ninguno de los manifestantes está en contra de las enseñanza de idiomas extranjeros, ni de programas que brinden una opción a aquellos que no tienen la oportunidad de acceder a la educación superior, sino argumentando, con mucha razón, que un programa con carácter de Asocio Público Privado no debe ser quien se encargue de financiar la Facultad, sino el Estado; y así hubo otras denuncias.
Los miembros de Junta trataron de dar respuesta a algunas inquietudes, asegurando estar trabajando en pro de los estudiantes y haciendo el rol de «la madre que quiere darle lo mejor a sus hijos» tratando de justificar la intromisión del sector privado a través de un APP (CENIUES) para cubrir gastos. La solución que los miembros de Junta propusieron es formar una comitiva con representantes de la Asamblea General de Estudiantes que trabajen en conjunto con la Junta Directiva. Sin embargo, los organizados expresaron su desconfianza de los procesos burocráticos, conscientes del problema que implica querer sustituir a los individuos por instituciones que ni siquiera les representan correctamente, por tanto, se logro acordar que en la siguiente sesión de Junta, el punto prioritario de la agenda será el documento de la exigencia puntual sobre la distribución de aulas, docentes y horarios. Se permitirá el ingreso de una comisión de la Asamblea para solventar de inmediato esta problemática. Posteriormente, se formará la comitiva para tratar temas más generales, que aglutinen las demás demandas estudiantiles expuestas.
Pasado el mediodía la audiencia terminó y al salir se llevó a votación entre los asistentes a la movilización la fecha para una reunión extraordinaria con el fin de redactar en conjunto el documento que pidió Junta Directiva, por lo que se acordó como fecha el martes once de septiembre, tomando en cuenta las posibilidades de asistir de la mayoría. El grupo se dispersó llevándose consigo la impresión de que la Universidad de El Salvador es un reflejo del Estado: corrupción, inseguridad, priorización de intereses personales, pago de favores, servilismo, acoso, mala administración de los pocos recursos financieros, entre otras tantas semejanzas como la misma división de sociedad en clases, pues mientras la Facultad de Ciencias y Humanidades aún representando a una mayoría se hunde en la miseria, facultades más pequeñas disfrutan de una porción más grande del miserable presupuesto universitario, aunque esto no debe significar una lucha interna entre facultades, sino una lucha en conjunto para beneficio de la comunidad universitaria en general.
La acción del pasado viernes nos deja una lección clara: los organismos burocráticos de la universidad solo responden a los intereses de la mayoría si se ejercer una presión de facto, es decir, solo a través de la movilización y organización se consiguen conquistas fundamentales en estas instancias legales, lo que, a su vez, demuestra las limitantes de dichos entes y del Estado en sí mismo para solventar las grandes necesidades del pueblo pobre y trabajador. Por ello es necesario que todo el estudiante consecuente se organice en la Asamblea de Estudiantes para tomar conciencia de nuestra capacidad de auto gestionar nuestros recursos.