Debí tirar más fotos, de Bad Bunny, conmueve a toda América Latina

[Originalmente publicado en: Organización Comunista Revolucionaria, por David García y Sylvia Leó]

 

Debí tirar más fotos, de Bad Bunny, mezcla ritmos puertorriqueños con una feroz resistencia, exponiendo las cicatrices del imperialismo estadounidense y celebrando la resistencia de una cultura. Abrazado por la juventud latinoamericana, el álbum inspira orgullo cultural y reflexión sobre las luchas compartidas.

Bad Bunny (Benito Martínez) es el artista latinoamericano más importante de la última década. Es un cantante y rapero puertorriqueño, cuya discografía se compone sobre todo de éxitos de trap y reggaetón.

Sin embargo, a lo largo de su carrera, Bad Bunny siempre ha tenido tiempo para hablar de sus orígenes puertorriqueños y de los problemas a los que se enfrenta su país, sobre todo a manos del imperialismo estadounidense.

 

Imperialismo estadounidense

Debí tirar más fotos (DtMF), su sexto álbum de estudio, es su disco más “puertorriqueño” –y, por tanto, más político– hasta la fecha.

Aunque el álbum sigue teniendo canciones que siguen el estilo y el contenido habituales de las canciones de reggaetón – relaciones románticas y fiesta–, otras canciones denuncian explícitamente el imperialismo y el colonialismo estadounidenses, en particular “LO QUE LE PASÓ A HAWAii”.

Este tema habla de la explotación de los recursos de Puerto Rico y del desplazamiento de sus nativos. Su estilo es mucho más lento y sombrío, como advertencia de que el patrón es inquietantemente similar a lo que le ocurrió a Hawái.

La anexión de Hawái como 50º estado de EEUU fue el final de una larga lucha de una década que culminó con un golpe de estado orquestado por EEUU. Al final, la cultura y la lengua nativas fueron casi borradas al desplazar a los nativos para la expansión de las plantaciones de azúcar y los puntos turísticos.

Puerto Rico ya es un “estado libre asociado”. Desde 2012, una regulación fiscal (Ley 60) ha hecho que nativos estadounidenses y multinacionales del turismo se instalen en Puerto Rico. Desde entonces, los precios de la propiedad y el alquiler se han disparado, expulsando a los nativos de su tierra natal.

Esta canción elogia la belleza natural de PR y las dificultades de su gente para abandonar su tierra natal y luchar por quedarse. Sobre todo, advierte:

«No, no suelte’ la bandera ni olvide’ el lelolai
Que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawaii»

La canción ha corrido como la pólvora por las redes sociales. Nativos de Costa Rica, Oaxaca e incluso del otro lado del Atlántico, en las Islas Canarias, han realizado vídeos rememorando su cultura y denunciando a las multinacionales del turismo que han cambiado el paisaje de sus hogares.

 

Resistencia cultural

DtMF no es solo una celebración, sino también una preservación de la cultura puertorriqueña. El álbum contiene reggaetón y dembow, pero la mayoría de las canciones utilizan ritmos y sonidos ampliamente procedentes de la cultura boricua (puertorriqueña), como la bomba, la plena y la música jíbara.

La bomba es un género de música de baile creado por los africanos esclavizados que trabajaban en la plantación de azúcar como forma de expresar el sufrimiento, la alegría y una manera de resistir la opresión por la que pasaban. Se crea utilizando una bomba, un tipo de tambor, seguido de otros instrumentos de percusión, que crean una dinámica de llamada y respuesta con los bailarines.

La plena fue creada por puertorriqueños de clase trabajadora para parodiar a la clase alta y sus condiciones sociales. Evolucionando a partir de la bomba, la plena cuenta una historia a través del baile coreografiado y las letras. La plena se describe a menudo como el “periódico del pueblo”.

La canción que da título al álbum, “DeBÍ TiRAR MáS FOToS”, reflexiona sobre cómo capturar los momentos de autenticidad cultural, la familia y los amigos de la infancia perdidos por la emigración.

DtMF ha puesto en palabras –y ritmos increíbles– la explotación de Puerto Rico y sus recursos naturales por parte del imperialismo estadounidense, así como la emigración forzosa, la represión del movimiento independentista y la pobreza en la isla.

En otra canción que hace referencia a su padre, Martínez escribe:

«El mayor de seis, trabajando desde chamaquito
Guiando camione’ como el pai y el abuelo
Aunque su sueño siempre fue ser ingeniero»

Sin duda, la obra de Bad Bunny ha tocado la fibra sensible de la juventud de toda la región. Ha despertado la celebración de la cultura latinoamericana, pero sobre todo la crítica y el cuestionamiento de sus condiciones, la erosión de su nivel de vida, la destrucción del medio ambiente y la corrupción en toda la región.

Vídeos en todas las redes sociales utilizan el álbum para mostrar la belleza y los problemas que asolan la región, con especial atención al papel destructivo del imperialismo estadounidense.

Este álbum es muy reflexivo, con una gran producción. Pero su explosión de popularidad no puede atribuirse solo a su forma. El contenido de DtMF ha articulado un sentimiento que la juventud latinoamericana lleva consigo todos los días.

El futuro de los pueblos latinoamericanos no puede garantizarse admirando su rica y viva cultura, sino mediante la lucha contra el imperialismo estadounidense y sus lacayos locales.

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