Comunistas de Cardiff
El viernes, los comunistas echaron al odiado diputado conservador y ex-ministro Jacob Rees-Mogg del campus de la Universidad de Cardiff, Gales. Los políticos del “establishment» y los medios de comunicación han respondido con un frenesí. Nosotros seguiremos intensificando la lucha para derrocar a nuestra clase dominante imperialista.
El Partido Comunista Revolucionario de Cardiff (PCR) organizó y dirigió una manifestación de estudiantes y trabajadores contra el diputado conservador Jacob Rees-Mogg, que fue invitado a hablar en la Sociedad Conservadora de la Universidad de Cardiff el viernes pasado.
Durante tres horas una multitud de manifestantes rodeó pacíficamente el edificio donde hablaba Rees-Mogg.
Nuestros camaradas usaron eslóganes revolucionarios y pronunciaron discursos atacando a Rees-Mogg como vil representante del imperialismo británico y partidario activo del genocidio que se está llevando a cabo contra el pueblo palestino.
Cuando Rees-Mogg finalmente salió, rodeado por seis guardias de seguridad, se produjo una avalancha espontánea sobre el coche de Rees-Mogg, y varios manifestantes fueron maltratados y arrastrados.
Un vídeo de este incidente se hizo viral, llevando la protesta a los titulares nacionales y dando lugar a una entrevista en LBC con Fiona Lali, la responsable nacional de campañas del PCR.
Frenesí mediático
El frenesí mediático que siguió ha sido poco menos que histérico, por no mencionar extremadamente hipócrita.
“Estudiantes pro-Gaza acosan a Jacob Rees-Mogg y le insultan», leía un titular del derechista Daily Mail. Y de nuestros amigos de The Torygraph: «Jacob Rees-Mogg expulsado del campus por una multitud de manifestantes de extrema izquierda».
¿Dónde está la indignación de estos mismos periodicuchos burgueses por la masacre de Israel en Gaza? ¿Dónde está la indignación por nuestro derecho a la libertad de expresión y de reunión reprimido por la clase dirigente?
Estas señoras y señores no dicen ni pío cuando nuestros compañeros son detenidos y acosados por la policía por apoyar al pueblo palestino, ni cuando en Estados Unidos se maltrata a los manifestantes en los campus.
Pero cuando los miembros del parlamento se ven incomodados por el legítimo rechazo a sus acciones; cuando la gente corriente se organiza para expresar su rabia… ¡de repente nuestra preciada «democracia» se ve atacada por la turba de extrema izquierda!
Nos acusan de acosar, intimidar y coartar el derecho de expresión de Rees-Mogg: ¡por favor!
Rees-Mogg puede acceder fácilmente a la BBC y a los principales periódicos para escupir su basura derechista, además de tener un espacio regular en GB News.
La idea de que su derecho a expresar sus opiniones se ve amenazado por las protestas es irrisoria. Son nuestros derechos democráticos -los derechos de los trabajadores y de los jóvenes- los que están siendo pisoteados.
Este episodio ha revelado una vez más el papel de la prensa burguesa: no es más que un portavoz de la clase dominante.
El “establishment” cierra filas
Los partidos del “establishment» también han cerrado filas para denunciar nuestras acciones.
Richard Holden, presidente del Partido Conservador, se quejó de que «ningún político electo debería tener que soportar esta estridente idiotez intimidatoria».
La ministra laborista en la sombra Jo Stevens también intervino para expresar su «preocupación»: «no podemos aceptar una cultura de intimidación en nuestra política… El derecho a protestar legalmente es sacrosanto, pero el acoso y la intimidación son inaceptables».
Esperábamos críticas del presidente del Partido Conservador, que es abiertamente cómplice de los crímenes de guerra de Israel.
Pero qué repugnante es esta altanera reprimenda de los llamados dirigentes «laboristas», que corren a defender a Rees-Mogg y a atacar a los trabajadores y estudiantes.
Un partido «laborista» que se precie se pondría del lado de los oprimidos y en contra del opresor. Pero los laboristas no movieron un dedo para oponerse a esta visita. De hecho, ¡la Sociedad Laborista de la Universidad de Cardiff también condenó la protesta!
La razón es simple y llana: El laborismo de Starmer también tiene las manos manchadas de sangre. Escondidos tras vacías frases «humanitarias», estos conservadores rojos han apoyado la guerra de Netanyahu en todo momento. No son diferentes de sus colegas del otro lado de las bancadas parlamentarias.
¡Intensifica la lucha!
No nos acobardamos ante este circo de ataques. Ser atacados por nuestros enemigos de clase demuestra que estamos haciendo algo bien. Lo llevaremos como una insignia de honor.
Estamos orgullosos de haber encabezado una manifestación contra este belicista conservador. Tenemos todo el derecho a protestar de esta manera por el sangriento ataque en Gaza.
Continuaremos nuestras protestas e intensificaremos nuestra lucha contra la clase dominante.
Este fin de semana celebraremos el congreso fundacional del Partido Comunista Revolucionario, donde discutiremos nuestros planes para organizar una fuerza que pueda derrocar al imperialismo británico y a la ocupación sionista.
Tomaremos ejemplo de las protestas masivas en Estados Unidos y nos movilizaremos por ese movimiento aquí, presentando un programa comunista.
Mientras que los laboristas de Starmer están del lado de los conservadores, nosotros, los comunistas revolucionarios, estamos del lado de la clase obrera y del pueblo palestino.
Así que si estás del lado de los oprimidos y explotados, y estás de acuerdo en que necesitamos derrocar este bárbaro sistema capitalista de una vez por todas, ¡únete al PCR hoy mismo!
Las protestas estudiantiles masivas están dando comienzo en todo el mundo, inspirándose en los estudiantes de Columbia y Yale en Estados Unidos. Un ambiente de justa ira y odio contra el imperialismo occidental y sus crímenes está burbujeando bajo la superficie.
Los comunistas revolucionarios de todo el mundo luchan por darle una expresión organizada. Con organización la clase obrera lo es todo, sin ella no es nada. Nuestra consigna es: ni un céntimo, ni una bala para la maquinaria de guerra israelí.
Desde los profesores en instituciones con conexiones con las Fuerzas de Defensa de Israel, hasta los estibadores y trabajadores del transporte de los que dependen los mercaderes de la muerte para mover sus armas, pasando por los trabajadores de las industrias de defensa, nuestra clase tiene el poder de detener esta guerra.
Únete a nosotros en la lucha para acabar con el imperialismo. Este verano, reuniremos a tantos comunistas revolucionarios del mundo como podamos para esta tarea práctica, con la conferencia fundacional de una nueva organización, un partido mundial de la revolución socialista: la Internacional Comunista Revolucionaria. ¡Únete a nosotros!