Por: Izquierda Marxista Honduras
Cumplir diez años de lucha en contra de una oligarquía confabulada con el narcotráfico, no es una cuestión de menos. Podemos considerar una valentía y resistencia digna de admirar, han sido tantos golpes que se le han dado al pueblo, empezando por el golpe de Estado al presidente Zelaya, los saqueos de instituciones, la red de diputados en corrupción, políticos ejerciendo sus cargos cómplices y parte del narcotráfico, robo descarado de las elecciones y para exterminar la privatización de lo primordial del ser humano: la salud y educación, derechos que en teoría son universales.
Esto hace que muchos de los sectores oprimidos de la sociedad incluyendo los gremios, o clases intermedias de la sociedad sientan directamente los embates de la crisis, indignándolos y no dejándoles otra opción que movilizarse para exigir sus demandas, esta es una expresión fundamental de las actuales condiciones de la sociedad hondureña. La dictadura no en menos de alguna ocasión ha sabido moverse para cumplir inmediatamente las demandas de estos sectores, ese fue el caso del sector de la policía en 2017 “los cobras” que se revelaron al régimen pero que al final terminaron sucumbiendo ante la presión del Estado, de esta manera JOH desmoviliza los sectores cumpliendo sus demandas momentáneamente.
El acuerdo alcanzado de los transportistas de carga pesada con la dictadura, de alguna manera decepciona al pueblo que está en lucha; es muy importante reflexionar en ese punto, los sectores de las clases medias, carecen de claridad ideológica son capas muy heterogéneas y buscan muchas veces intereses particulares, al contrario de los trabajadores que suelen ser más homogéneos en el sentido que buscan demandas para toda la clase y no solo para ciertos sectores ¿pueden los trabajadores esperanzarse en sectores que desde su postura dejan de manifiesto que solo buscan sus objetivos estrictamente particulares? No, realmente los trabajadores deben motivar a estos sectores para explicar que sus demandas particulares pueden ser cumplidas de manera permanente y no como prebendas, solo mediante la lucha por la caída de la dictadura de Juan Orlando Hernández, no hay otra vía mas que solo esta.
Ahora es el momento justo para que el pueblo tenga claro que no se puede confiar más que en sí mismo. Solo la unión de la juventud, los estudiantes, trabajadores del campo y la ciudad son los únicos que puede llevar a una victoria contundente, porque ahí no se buscan intereses particulares sino el beneficio de los oprimidos. Solo en un proceso que cada vez agudice la crisis se sentirán obligados participar esos sectores que están indiferentes porque sus intereses están en juego. La única ruta clara es el pueblo en las calles llegando a estados que complejicen más la situación y que el usurpador no tenga salida.
Se debe luchar por articular al movimiento en todos los sectores en lucha, las tomas y tranques deben trascender a la convocatoria de una huelga general que pueda paralizar toda la economía y no solo sectores como ha sido hasta hoy, los paros que se han desarrollado hasta hoy han ejercido presión en la economía, pero una huelga general en todo el sector económico, haría posible la caída inmediata de la dictadura. Debemos avanzar a una huelga general hasta que la caída de la dictadura se inminente.
Hoy, 20 de junio, y con una meta de 8 días de máxima presión para el cumplimiento de esos diez años del golpe, el régimen se debilitará de manera rotunda. Tal proceso de ocho días no dejará más que fortalecida la lucha por si se necesita más. Esto dejará claro el máximo potencial que se tiene como pueblo unido de todo lo que lo se venga contra, un pueblo que en el futuro no será manipulado por ningún tipo de régimen, porque habrá dejado claro que es el verdadero soberano.
¡El pueblo hondureño se moviliza para dejar claro que él es quien tiene el poder!