¡No a las armas para la guerra de Gaza!: ¡Los estibadores franceses dan ejemplo!

El 5 de junio, estaba previsto el embarque de 14 toneladas de piezas de ametralladora en un carguero israelí en el puerto de Fos-sur-Mer, en el sur de Francia, con destino a Haifa, Israel. Sin embargo, el día anterior, el sindicato de la CGT de los estibadores y personal de manipulación portuaria del Golfo de Fos, emitió un comunicado de prensa en el que anunciaba su rotunda negativa a cargar los 19 palés de equipo militar.

[Originalmente publicado en francés en marxiste.org]

El comunicado de prensa afirma:

“Lo decimos una y otra vez: los estibadores y trabajadores portuarios del Golfo de Fos no participarán en el genocidio en curso orquestado por el gobierno israelí. Estamos a favor de la paz entre los pueblos. Nos oponemos a todas las guerras”.

Las piezas de armas, producidas por la empresa marsellesa Eurolinks, estaban destinadas a la empresa armamentística Israel Military Industries. Según los periodistas de investigación de Disclose, este es el tercer envío desde Fos-sur-Mer a esta empresa desde principios de 2025. En un comunicado de prensa emitido ese mismo día, el sindicato declaró haber bloqueado otros dos contenedores con cañones de armas fabricados por Aubert et Duval en Firminy, también con destino a Haifa.

Como hemos señalado en numerosas ocasiones, el gobierno de Macron y la clase dominante francesa son plenamente cómplices del genocidio en curso contra los gazatíes. Han proclamado el «derecho de Israel a defenderse», han reprimido el movimiento de solidaridad con Palestina y han autorizado la exportación de componentes de armas a Israel. Además de Eurolinks, otras empresas francesas como Thalès y STMicroelectronics han enviado (y podrían seguir enviando) piezas y equipos utilizados por el ejército israelí para masacrar a palestinos y librar sus guerras de agresión contra Líbano, Siria y Yemen.

 

Sin embargo, el 4 de octubre de 2024, Macron afirmó que Francia no suministró armas a Israel. Esta flagrante mentira revela por sí sola que sus actuales lamentaciones sobre el destino de los gazatíes no son más que lágrimas de cocodrilo. El movimiento obrero organizado debe denunciar esta hipocresía.

No se puede esperar que el gobierno francés ayude al pueblo palestino. Lo único que le importa es defender los intereses imperialistas de la clase dominante francesa.

Entre 2023 y 2024, los sindicatos de estibadores y transportistas de Bélgica, India, España e Italia bloquearon los envíos de armas a Israel. En febrero, el sindicato sueco de estibadores votó a favor de bloquear los envíos a Israel. El principal líder del sindicato fue posteriormente despedido por su empleador, lo que desencadenó una movilización continua para exigir su reincorporación.

Estas movilizaciones marcan el camino a seguir. Con demasiada frecuencia, las iniciativas sindicales locales contra el genocidio de los gazatíes permanecen aisladas y carecen del apoyo activo de los líderes de las principales confederaciones sindicales.

La dirección política y sindical del movimiento obrero —empezando por la CGT, pero también La Francia Insumisa— debe dejar de apelar al gobierno o al supuesto «derecho internacional» para impedir el genocidio de los gazatíes. Debe recurrir a la clase trabajadora e inspirarse en el heroico ejemplo de los estibadores de Fos-sur-Mer para generalizar estos bloqueos a todos los sectores y empresas vinculados, de una u otra forma, con el aparato militar del Estado sionista.

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