El pasado viernes 17 de febrero, la Asamblea General Universitaria (AGU) juramento al Lic. Roger Armando Arias como rector de la universidad y el Dr. Manuel de Jesús Joya, como vicerrector académico. Arias, dijo “me propongo encabezar una rectoría incluyente, propositiva, impulsora de consensos y articuladoras de acuerdos, de puertas abiertas al diálogo y a la decisión colegiada” y habló de la necesidad de mejorar el presupuesto de la UES, para dar mayor cobertura estudiantil y brindar una mejor atención a los cerca de 65 mil estudiantes inscritos actualmente.
El pasado viernes 17 de febrero, la Asamblea General Universitaria (AGU) juramento al Lic. Roger Armando Arias como rector de la universidad y el Dr. Manuel de Jesús Joya, como vicerrector académico. Arias, dijo “me propongo encabezar una rectoría incluyente, propositiva, impulsora de consensos y articuladoras de acuerdos, de puertas abiertas al diálogo y a la decisión colegiada” y habló de la necesidad de mejorar el presupuesto de la UES, para dar mayor cobertura estudiantil y brindar una mejor atención a los cerca de 65 mil estudiantes inscritos actualmente.
¿Que se espera de los electos?
Las expectativas para todos los sectores que conforman el área laboral y estudiantil de la Universidad, sobre una nueva planilla son siempre las de mejoras laborales y académicas, de aumento salariales, de condiciones óptimas en las instalaciones y en equipo, ya que los trabajadores –docentes, administrativos, ordenanza- y los estudiantes para cumplir sus funciones necesitan tener todas las herramientas y equipo que les ayuden a desempeñar su rol en cada sector.
Para cumplir esto, es necesario una buena administración de las finanzas de la universidad es decir que el presupuesto asignado deberá de ser utilizado de manera correcta para cada Facultad tanto en ampliación como para mantenimiento, es sabido que a las Facultades se les da un presupuesto acorde a sus necesidades, pero este no siempre suele ser suficiente, muchas veces por su mala administración. Como ha sido el caso de Facultades que dejan de contratar a docentes para poder tener fondos suficientes para mantenerse, lo cual es un error fatal que desestabiliza, porque afecta al estudiante al no tener los profesores que cumplan y desarrollen los temas en materias esenciales para su carrera.
En estas coyunturas, aquellos que apoyaron las propuestas siempre esperan aumentos salariales o bonos, pero para ello se tienen que contar con el salario de todos los sectores y siempre tener en mente el límite de presupuesto; a pesar de esto, unos pocos siempre salen favorecidos dejando a otros con su salario de base, el cual como para todo trabajador es un sueldo que apenas satisface las necesidades básicas. Para evitar cierto favoritismo o aprovechamiento es necesario luchar en contra de ellos y orientar salarios justos por el trabajo desempeñado haciendo balances correspondientes.
El sector de estudiantes siempre es tímido y conforme con respecto a lo que se le puede exigir a estas autoridades, además de que no hay una orientación clara de cómo solucionar las problemáticas de aprendizaje de los estudiantes, muchas facultades tienen deficiencias tanto estructurales como pedagógicas y es ahí donde se tiene que exigir e intervenir.
No queremos autoridades de renombre, sino combativas que luchen por una universidad donde la educación sea de primera, teniendo en cuenta los programas de estudio, de becas, reforzar los programas de investigación y su apoyo en la valoración de cuota.
¿Qué proponemos?
No debemos dejar que la lucha por la educación se aísle, sino empujar la lucha por la nacionalización de esta para que todos tengamos acceso a la educación universitaria y que deje de ser un privilegio.
Debemos exigir un aumento al presupuesto para la universidad con el apoyo de todos los sectores. Las nuevas autoridades deben velar por esto, y apoyarse en la lucha del movimiento estudiantil para conquistar nuestras demandas, pues lo medios legales, casi nunca nos favorecen.
Es necesario que las autoridades luchen por un programa que defiendan los intereses de los trabajadores y los estudiantes. Un programa que contemple y valore los gastos en los que se tengan que incurrir evitando aquellos que son innecesarios, como los pagos de salarios grandes y las dietas para órganos institucionales como la AGU, el CSU, etc., y utilizar estos fondos para el mejoramiento de la educación, del cual también los estudiantes participen, desde una asamblea estudiantil que controle esto por medio de rendición de cuentas y auditorias populares del estudiantado y del sector administrativo.
Es decir, se deben construir junto al estudiantado procesos de participación real en la toma de decisiones en los diferentes órganos de gobierno de nuestra universidad como parte de las luchas reivindicativas del sector; buscando la organización estudiantil, excelencia académica, desarrollo científico, y artístico de toda la Universidad de El Salvador.