La situación de pandemia por la cual atraviesa el mundo entero debido al COVID 19 ha activado medidas sanitarias extremas en cada nación, nuestro país no es la excepción.
El Salvador se encuentra aún en una situación de mayor vulnerabilidad debido al sistema Neoliberal imperante desde hace muchos años, el cual como dicen en el campo «es como el azadón, sólo para dentro»
Hace dos días recibí un mensaje de un familiar que trabaja en la cadena de supermercados más grande del país: SÚPER SELECTOS, manifestando su preocupación ya que debido a la situación de EMERGENCIA, los supermercados se ha visto más aglomerados de lo normal por salvadoreños que buscan abastecerse de productos de primera necesidad, (lastimosamente también hemos visto cómo el pánico ha atizado estas compras del «fin del mundo») provocando las enormes filas que hemos visto en medios convencionales y redes sociales, una característica que se replicada en muchos países del mundo.
¿Y nosotros acaso no tenemos familia? ¿Acaso no tenemos riesgo ante este virus? ¿Por qué nadie se pronuncia por nosotros como trabajadores?
Estas son algunas de las preguntas que mi familiar se hace y que le preocupan, pues debido a la carga laboral y el pánico colectivo de los últimos días; su salud mental se ha visto fuertemente afectada. Ella, al igual que su esposo laboran en los selectos, su preocupación es que debido al contacto que tienen con muchos clientes pueda contraer el COVID 19, y lo que la mortifica aún más es pensar en contagiar con el virus a su pequeño hijo.
Yo traté de explicarle que dentro del rango de edades que ellos están y debido a que no tiene cuadros patológicos agudos, el virus no sería tan mortal, seguramente si fuera el caso con guardar reposo en casa y después de quince días su recuperación sería notoria.
Mis respuesta lógicamente (después caí en cuanta) en vez ayudar la afectó más, pues ella está gravemente afectada por su situación, algo que si somos empáticos entenderíamos perfectamente, y que sin vivir su situación nos afectaría también.
Decidí llamarle directamente y cuando contesto el teléfono me dijo con su voz entrecortada, >>hooola<<
¿Decíme detalladamente qué es lo que está sucediendo con ustedes como trabajadores del selectos? >>le contesté yo<<
Mira, >>continuó ella, mientras aún sollozaba<< yo he visto con buenos ojos las medidas que el presidente ha tomado hasta el momento pues lo que se busca es contener esta enfermedad. Pero pensé que nosotros también como trabajadores de los supermercados entraríamos en estas medidas.
Mira, yo entiendo que los supermercados son lugares donde todos nos abastecemos de productos de primera necesidad, yo entiendo eso. ¿Pero solo por eso no tenemos derechos como TRABAJADORES? yo aun aceptaría trabajar con gusto, pero que por lo menos la jornada laboral fuera reducida.
Después de una larga conversación telefónica en la que las lágrimas y la voz entrecortada predominaron, me puntualizó algunos aspectos de la situación de los trabajadores de supermercados, y que seguramente están viviendo trabajadores de farmacias, bancos entre otros.
->>En algunas salas de venta los horarios se han extendido más de lo normal.
>> Estamos trabajando más, pero no nos han dicho que nos aumentarán el salario (los cuales por cierto son bajos)
>> Trabajamos bajo una gran presión, esta generada por clientes y Gerentes de tienda.
>>la mayoría de los clientes llegan con un pánico terrible y si algún producto no lo encuentran o debido a los lineamientos que tenemos por delimitar ciertos productos, nos insultan.
>>Por la noche al salir del trabajo, los que salimos tipo siete y ocho de la noche no nos dan transporte, y debido a la situación actual se dificulta aún más hallar en qué irse a casa.
>> En algunas salas, los clientes deben hacer colas afuera del supermercado, pero cuando los «Supervisores de Gerentes» ven que alguna sala de venta va baja en sus ventas, deciden dejar pasar a todos clientes, violando la prohibición de que máximo cincuenta personas en reuniones de cualquier tipo.
>>No nos han hablado de alguna remuneración económica especial debido al gran esfuerzo que estamos haciendo, pues es evidente que el Sr. Calleja está sacando muchas ganancias.
>>No tenemos ningún seguro médico ni económico especial si se diera el caso que fuéramos afectados con el virus.
Con toda esta situación >>continuó mi familiar< me doy cuenta que el rico entre más tiene, más quiere. Ojala el presidente intervenga, pues al igual que yo hay muchos trabajadores efectuados psicológicamente.
Después de que pase esto, si el virus no nos afecta, seguramente nuestra salud mental quedará afectada, ¿quién responderá por ello?